Despedida a Prof. Ana María Thielemann Espinoza

Despedida a Prof. Ana María Thielemann Espinoza

Recordada por todos, la académica se destacó no solo por sus cualidades profesionales sino humanas.

La comunidad de nuestra Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas sufrió una gran pérdida el jueves pasado (15 julio 2010), ya que la Prof. Ana María Thielemann Espinoza falleció luego de luchar por más de dos años contra el cáncer que la afectó y contra el que nunca bajó los brazos.

La Dra. Ana María fue Químico Farmacéutica formada en esta misma facultad y una de las primeras doctoras en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Chile.

Quienes tuvimos la oportunidad de conocerla podemos decir que se destacó siempre por ser una dama, de carácter angelical y su amable y cálida sonrisa, a pesar de las dificultades. Y tal como recordó su amiga y colega Dra. María Nella Gai "no tenemos rabia porque ya no está, sino que somos agradecidos por haberla conocido".

Carrera académica

Perteneció al Depto. de Cs. y Tecnología Farmacéutica y realizó docencia en las asignaturas de Tecnología Farmacéutica, Tecnología Cosmética y Biofarmacia y Farmacocinética para la carrera de Química y Farmacia.

La Directora del Depto. Ciencia y Tecnología Farmacéutica, Dra. María Nella Gai Hernández nos indica que en la última modificación de la malla curricular de Química y Farmacia, el Comité de Carrera y el mismo departamento le pidió hacerse cargo del diseño curricular de una nueva asignatura, Bases Fisicoquímicas de la Tecnología Farmacéutica, "generando una asignatura de mucha utilidad y que vino a resolver varios problemas de la carrera, y donde aprovechó de entusiasmar al QF Javier Morales para que trabajara en esta tarea, dando de paso como resultado adicional que Javier decidió optar por el trabajo académico, lo que le dio una gran satisfacción a ella" recordó la Dra. Gai.

El trabajo de investigación de la Prof. Ana María estuvo relacionado con las disciplinas de Tecnología Farmacéutica, Biofarmacia y con temas de Cronofarmacocinética, en que trabajó en su tesis de doctorado.

Fue durante varios años miembro del Comité de Extensión de la Facultad y en el último año miembro del Comité de Carrera de Química y Farmacia.

En conjunto con el Prof. Hernán Chávez, generaron e implementaron con las autoridades académicas de la Universidad Nacional de Asunción, el programa de Doctorado en Ciencias Farmacéuticas. Ella tuvo una activa participación también en la docencia de ese programa.

Unas palabras para mi amiga Ana María

Por Dra. María Nella Gai

Es difícil despedir a una amiga. Una parte importante de ti parte con ella. Con Ana María fuimos amigas, colegas y compañeras de trabajo. Este orden no es fortuito. Lo más importante y lo primero en el tiempo es que fuimos amigas, de ahí que como colegas y compañeras de trabajo desplegamos una forma de relacionarnos para apoyarnos en los momentos difíciles y para alegrarnos con las alegrías de la otra, que se da fácilmente cuando lo que sostiene a una relación es la amistad sincera.ImageServlet

Por eso es que escribo estas palabras. Son las palabras que debí haber dicho en su despedida y que no fui capaz de hablarlas porque la pena y la emoción fueron más fuertes. Pertenezco a esa generación que lloraba en los funerales y lo último que pensaba era en hacer un discurso, pero creo que le debo a mi amiga estos pensamientos.

Cuando se pierde a un ser querido vienen destellos de situaciones vividas en conjunto. Quizás mi primer recuerdo vívido de la Any es el lunes siguiente a su compromiso con Hernán. Tan linda ella y tan feliz. Mis otros recuerdos de esa época es lo linda que se veía cuando esperaba a sus hijos y los 100 gramos diarios de chocolate de su último embarazo. Entre medio pasaron muchas cosas. Terminamos la carrera, ella ya con 2 hijas y con todas las dificultades inherentes a esa situación. Empezó a trabajar en Medicina y luego se trasladó a la facultad. Hernán dijo algo en su funeral en lo que estoy totalmente de acuerdo: era muy inteligente y muy intuitiva. Por eso mismo, tomó la decisión de hacer el doctorado, a pesar de las dificultades que ello significó y fue una de las primeras Doctoras en Ciencias Farmacéuticas, cuando aún no era mandatoria la exigencia de un doctorado para la vida académica. Gracias a esa misma visión de futuro, la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay, le debe a ella y a Hernán la génesis y el desarrollo del doctorado en Ciencias Farmacéuticas en esa universidad.

Todas las vidas tienen de dulce y de agraz, lo importante es si al final, mirando hacia atrás, uno puede decir estoy en paz, hice mi mejor esfuerzo, tuve una linda vida. Creo que Any puede decir todo eso. Formó una familia a quien quiso entrañablemente y fue correspondida. El cariño, la dedicación y al apoyo de todos sus integrantes - Hernán, sus hijos y sus nietos-, en estos 2 últimos años, le demostraron que lo que forjaron con tanto cariño con Hernán dio como resultado tener estos hijos cariñosos, preocupados y solidarios, que han sido una bendición.

En su vida profesional hizo lo que más le gustaba. Sin duda la vida académica fue su elección por vocación. No voy a extenderme en detalles porque todos la conocen suficientemente. La Universidad de Chile le debe agradecimiento por su ferviente defensa en tiempos difíciles y amenazantes para su supervivencia. Era exigente con sus alumnos porque le asistía la convicción de que estaba frente a muchachos inteligentes y, por su buen corazón, frecuentemente era fuente de confesiones de sus problemas. La presencia de tantos ex - alumnos en su funeral y los hermosos correos que he recibido de otros que no pudieron estar presentes me hacen feliz, porque quiere decir que ellos percibieron su amor por el trabajo académico y la felicidad que le producía el haber contribuido a formar buenos profesionales.

Estos 2 últimos años descubrimos facetas ignoradas en ella. Siempre creímos que era frágil, pero quizás confundimos su delicadeza con fragilidad. Nos demostró lo fuerte que era y su amor por la vida, peleando con todas sus fuerzas contra su enfermedad. Mantuvo como siempre su delicadeza al tratar de que la viéramos de la mejor forma posible, nunca abatida, siempre linda, siempre queriendo vivir.

El sacerdote que ofició su misa de despedida recordó a San Agustín, que cuando perdió a su madre dijo "Dios, no te preguntaré por qué me la quitaste sino que te agradezco el haberla tenido". Esa frase responde exactamente a mi sentimiento. No quiero quedarme estancada en mi pena, prefiero recordar las alegrías compartidas, los momentos de complicidad, las reuniones para planificar nuestros viajes de vacaciones, las reuniones por más de 30 años con el grupo de 7 amigas de la facultad (las Lulúes), el haberme sentido parte integrante de su familia, así como ella y su familia son parte de la mía, el trabajo del día a día, su sonrisa luminosa, sus abrazos apretados cuando habían problemas, porque sé que así ella seguirá viviendo en mi corazón.

Tengo la confianza de que está en un mundo de paz y de luz, sin dolores ni angustias, y que desde allí nos acompañará a todos los que la amamos. A todos los que tuvieron oportunidad de conocerla y que estuvieron tan pendientes de ella durante su enfermedad les doy las gracias por su preocupación y sus oraciones. Les pido que la recuerden con alegría, es el mejor homenaje que se le puede hacer a una persona, que aunque nos haya dejado muy tempranamente, tuvo una vida plena y feliz y que iluminó nuestras vidas con su presencia.

6 de agosto de 2010

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