Toda su pasión por el estudio la ha compatibilizado con la formación de su linda familia.
Son ya 28 años en que Beltrán Jaureguiberry Labbé se ha desarrollado profesionalmente como Bioquímico de la Universidad de Chile ocupando diversos cargos de investigación y de ciencia aplicada, en áreas ligadas con la Inmunología y el desarrollo de vacunas, primero en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de nuestra Universidad, luego en el Instituto de Salud Pública (ISP) y hoy (hace 16 años) en Veterquímica, Chile.
Su currículo académico se ha nutrido desde su formación de pregrado como Bioquímico de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, pasando por su Doctorado en Microbiología e Inmunología en Albert Einstein College of Medicine (NY, Estados Unidos); su Master en Ciencias en el mismo Albert Einstein College of Medicine y su post doctorado en Inmunología Molecular en el Nacional Jewish Hospital, Denver, Colorado (Estados Unidos).
Y por si todo esto fuese insuficiente, en los últimos años ha desarrollado la carrera de Técnico Superior en Administración de Empresas en Instituto IACC, de la Universidad UNIACC (Chile).
Conversamos con él de su trabajo como científico, su paso por la facultad y éstas son sus impresiones:
- ¿Qué lo motivo estudiar Bioquímica y qué recuerdos tiene de esa época?
"Mientras estudié en el Liceo 11 de Las Condes me gustaba la ciencia y en especial la Biología y tenía claro que no quería ser médico.
Elegí la Universidad de Chile porque no había la carrera Bioquímica en otra universidad en Santiago y la facultad quedaba frente a mi casa.
De la época de estudiante universitario tengo muy buenos recuerdos. Especialmente puedo mencionar al Prof. Mario Sapag, por su dedicación, conocimiento y capacidad de integrar los conocimientos. También tengo un buen recuerdo del Prof. Osvaldo Cori por sus férreos conocimientos, sabía muchísimo.
Luego opté por el área de Inmunología y tenía la posibilidad de estudiar en Valdivia o en Estados Unidos y opté por lo segundo por adquirir roce internacional y porque podía continuar con el doctorado".
- ¿Qué tal fue la experiencia de vida en Estados Unidos?
"Viví en Nueva York y en Denver, me encantó, pero prefiero Chile. Tenemos muchas cosas buenas y no lo sabemos hasta que las echamos de menos como la facilidad para comer frutas y verduras o disfrutar de un clima mediterráneo como el que tenemos. Tampoco tenemos alimañas en los bosques y finalmente podemos lograr una mejor calidad de vida".
- ¿Cuál cree usted que es el aporte del Bioquímico en la industria?
"Tenemos una mirada crítica a la ciencia involucrada en el desarrollo de productos. Podemos aportar en la investigación y en el desarrollo de soluciones como en mi caso soluciones vaccinales ajustados a la realidad chilena (soluciones locales) y obviamente por el conocimiento que tenemos en Microbiología, Bioquímica e Inmunología".
- Con toda su experiencia profesional, ¿de qué manera cree que se puede fortalecer la inserción del Bioquímico en la industria?
"Pienso que enseñando o profundizando, en el caso de que ya los impartan, ramos aplicados como por ejemplo Bioquímica de Procesos o Biotecnología o algo relacionado con grandes industrias como bio lixiviación del cobre, celulosa o relacionado con la fruta o el mercado de los salmones".
Y su vinculación con la Facultad sigue muy presente ya que participa haciendo una clase anual en uno de los programas de Magíster, enseñando sobre vacunas para peces.
- ¿Qué consejo le daría a los futuros profesionales?
"Invitaría especialmente a los estudiantes de último año a que conozcan el mercado, ahondar en el ambiente de la industria. Atrévanse a salir, busquen opciones laborales en empresas. Es un desafío tan interesante como lo es el trabajo en la universidad".
Vacunas, salmones y otros
Cuando el Dr. Beltrán Jaureguiberry volvió a Chile, luego de sus estudios en Estados Unidos, trabajó con los académicos de nuestra Facultad de Cs. Qcas. y Farmacéuticas, Dr. Javier Puente y Dr. Dante Miranda. "Fue justo después del incendio y también trabajé con el entonces Decano Hugo Zunino en la recolección de fondos para la reconstrucción. Organizábamos visitas con los estudiantes a las empresas y les dábamos a conocer nuestro trabajo para que aprovecharan la Ley de Donaciones. Después me fui al Instituto de Salud Pública (ISP) y en esos dos años (entre 1993 y 1995) trabajé en área de vacunas humanas y participé en la formación del Centro de Investigación y Desarrollo".
De esa experiencia dice que "fue muy interesante ya que me permitió aterrizar los conocimientos adquiridos especialmente en Inmunología. Empezamos a trabajar proyectos con vacunas conjugadas de polisacáridos para lograr dar una respuesta a la meningitis. Luego ese trabajo lo ha seguido desarrollando el Dr. Alejandro Venegas".
Con todo ese conocimiento ingresó a Veterquímica (1995) y de ser inmunólogo del Laboratorio de Desarrollo, pasó a ser Jefe de Control de Calidad, luego continuó como Jefe de Investigación y Desarrollo hasta hoy que es Asesor Científico de la Gerencia.
"En estos 16 años he tenido una experiencia muy buena y en este tiempo hemos desarrollado seis vacunas que en su mayoría son de inmersión de bajo estrés en la aplicación y de probada eficacia. La que más se destaca es la IPEVAC, única de baja inmersión en el mundo. También este trabajo me ha permitido colaborar y ser parte de la formación de personas, porque acá existe un fuerte compromiso con la capacitación del Recurso Humano, es como una súper nova que va creciendo", comenta.
Veterquímica es un holding compuesto por 5 empresas, que tiene más de 42 años en el mercado y fue fruto de la visión de dos profesionales: la bioquímica Astrid Rex Olsen y el químico farmacéutico Luis Arrieta Castro Viejo, ambos egresados de nuestra Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas. De hecho Astrid fue parte de la primera generación de Bioquímicos de nuestra casa de estudios.
Participa en el mercado de las vacunas con cifras que bordean los US$ 45 millones y su experticia radica en los productos para animales y peces. Este plus les permitió desarrollar la primera vacuna YeniVac, que combate la bacteria que provoca la boca roja en salmones coho, salmones salad y truchas. "Previene la enfermedad conocida como Yersiniosis, única vacuna con registro SAG definitivo que se produce en el país", dice.
Y en el año 2006 el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) les concedió el Registro Sanitario Provisorio a la vacuna IPEVAC, para prevenir la morbilidad aguda de la enfermedad "pancreatitis necrótica infecciosa" producida por el virus IPNv; esta vacuna es la primera a nivel mundial formulada especialmente para su aplicación por inmersión, lo cual permite vacunar peces pequeños en fase agua dulce.
En los últimos 10 años - y en particular a raíz de la ejecución de un proyecto FONTEC- Veterquímica ha incorporado métodos moleculares y avances biotecnológicos a sus laboratorios de I&D y de Control de Calidad, que le permiten realizar estudios de mayor precisión, en cuanto a características moleculares de los patógenos y el desarrollo correspondiente de las vacunas. De esta forma, están capacitados para enfrentar los desafíos de la investigación, desarrollo y producción de las vacunas que se necesitan para resolver los problemas sanitarios específicos de nuestra industria nacional. "Nos hemos enfocado en desarrollar vacunas para los grandes problemas de la industria del salmón y de esta manera estamos comprometidos con el desarrollo de este sector", agrega el doctor Jaureguiberry.
Toda su pasión por el estudio la ha compatibilizado con la formación de su linda familia. Beltrán está casado con Marcela Bravo, Bioquímica y Doctora en Biología celular y Molecular de la Universidad Católica y a la que conoció mientras ella estudiaba, "la ayudé con una técnica cuando hacía su tesis y de ahí todo fue fluyendo". Hoy suman 26 años de matrimonio, dos hijos, uno que estudió Bioquímica en la UNAB y al que define como buen papá chocho de "ser brillante" y una hija de 22 años que optó por las humanidades y estudia Derecho, y que define como "muy clever".
Con un espíritu bastante inquieto, este destacado inmunólogo quiere seguir perfeccionándose y confiesa que le encanta aprender, "soy un mateo y tengo hartas ganas de estudiar para sacar la Ingeniería y quizás en el futuro un MBA".
27 de octubre de 2011
