Discurso Decano Prof. Arturo Squella Serrano para nuevos Titulados Promoción 2014

Discurso Decano Prof. Arturo Squella Serrano para nuevos Titulados Promoción 2014

Distinguidos Titulados:

Es para mí un honor y motivo de gran orgullo, dirigirles estas palabras en este día de gran significado para cada uno de Ustedes, vuestras familias y, por cierto, para nuestra Universidad de Chile.

Esta ceremonia tiene lugar, en un marco histórico especial, dado que, nuestra Facultad cumple 70 años de existencia.

Durante estos 70 años, nuestra Alma Mater nos ha demandado asumir con vocación de excelencia la formación de personas y contribuir al desarrollo espiritual y material de la Nación.

Esta misión la hemos llevado a cabo a través de las funciones de docencia, investigación y creación en la Ciencia Farmacéutica, Bioquímica, Química y de los Alimentos.

Esta misión la hemos realizado, con el más alto nivel de exigencia, teniendo siempre como faro de nuestras actividades el beneficio de nuestra cultura y de nuestra sociedad.

Hoy, al verlos aquí presente, vemos como, una vez más, se materializa esta misión.

Sin embargo, para poder vivir la materialización de esta noble tarea fue necesario que, hace ya varios años, se fundieran, cual virtuosa amalgama, la rica vocación académica y la rica vocación de, jóvenes mechones que al ingresar a nuestra facultad manifestaron, en un acto lleno de esperanza, su clara convicción que estaban dispuestos a asumir el desafío de convertirse en egresados de la Universidad de Chile.

Así, estos 70 años de historia - los cuales han visto transitar a diversas generaciones de académicos y estudiantes - se han construido a la luz del faro paradigmático de la Universidad de Chile, que nos guía permanentemente a transitar, sin miedo, a través de los problemas fundamentales de la vida humana y, que por ello, nos exige, desde el compromiso ético, buscar la coherencia entre nuestro discurso y nuestro actuar profesional.

Al celebrar vuestra titulación, celebramos también ser compañeros de ruta en la construcción de un nuevo año en la historia de la Facultad, una historia que nos pertenece a todos.

Sin lugar a dudas, al hacer una retrospectiva de vuestra historia en la Facultad, podemos ver que estos años de estudios universitarios han sido un rico proceso de aprendizaje. De construcción de relaciones humanas, de cuestionamientos políticos y sociales, de dudas y convicciones, que han ido lentamente configurando los rasgos del egresado de la Universidad de Chile, que desde la riqueza de su propia individualidad asume la defensa y promoción de los valores de su Alma Mater.

Por ello, el Diploma que reciben hoy, que los acredita como titulados de la Universidad de Chile, simboliza mucho más que eso.

Este diploma simboliza el compromiso con la defensa de la libertad de pensamiento y de expresión. También les demanda ser verdaderamente pluralistas y tolerantes. Les exige, tener una actitud reflexiva, dialogante y crítica en el ejercicio de sus tareas intelectuales.

Y, también les demanda poner todas vuestras capacidades y competencias al servicio del bien común, encarnando de esta manera, aquella sensibilidad, que uno espera de un egresado de una Universidad Pública cuyo compromiso es el servicio a su país.

Como pueden ver, más que un título profesional Ustedes han construido un modo de conducta que define un etos que se identifica con el del egresado de la Universidad de Chile y que les impone un gran desafío de vida.

A propósito de desafíos de vida. A partir de hoy, cada uno de Ustedes, tendrá también, la importante misión de ejercer una responsable y rigurosa vigilancia epistemológica de vuestros actos profesionales.

Esto significa que con vuestro actuar profesional definirán ante la sociedad qué es ser un Químico Farmacéutico, un Bioquímico, un Químico y un Ingeniero en Alimentos".

A la luz de las actuales circunstancias este es un gran desafío y una enorme exigencia ética.

Como es de público conocimiento, nuestra sociedad, se encuentra viviendo, una etapa de gran desconfianza en sus instituciones. Y las instituciones las hacen las personas. Es por ello, que cuando algunos políticos, empresarios, deportistas, profesionales de distintas universidades, incluso egresados de nuestra propia casa de estudios, son responsables de acciones altamente censurables, cuando no directamente punibles, la sociedad lo resiente y sus bases se debilitan.

Por ello, Ustedes están llamados a construir sólidas bases sociales, desde el ejemplo, con acciones concretas.

Entonces, vuestra vigilancia ética debe ser constante y permanente, y debe servir al mismo tiempo de inspiración para guiar los actos de otros profesionales.

Parte de esta coherencia epistemológica implica aceptar también como misión la de encantar y formar a las nuevas generaciones. Transfórmense en inspiradores alquimistas que hagan soñar con todo lo bueno de vuestras profesiones.

Quiero decirles también, que del mismo modo que Ustedes han enfrentado un proceso de modelamiento, nosotros, vuestros profesores, también hemos vivido una etapa de modelamiento para cumplir de mejor manera nuestra misión universitaria.

Cada año al recibir una nueva generación de mechones se inicia en la práctica la verdadera misión de la Universidad, cual es la de asumir con vocación de excelencia la formación de personas.

El curso que toman los acontecimientos, se inicia con esos primeros encuentros entre docente y estudiante que más adelante se perfilan más como el encuentro entre maestro y discípulo.

Esta relación nos demanda, por cierto, grandes desafíos. Una mirada crítica constante a nuestro quehacer académico, que muchas veces nos obliga a distanciarnos de prácticas habituales, para enfrentar renovadas metodologías con la convicción de querer hacer las cosas cada vez, con mayor calidad académica. No es fácil, sin embargo, vuestra crítica, nos ha servido para alimentar una actitud crítica frente a nuestro saber y mantener una conducta de permanente búsqueda de la excelencia tratando de superar nuestras propias limitaciones. Así, la conciencia de los límites de nuestro saber constituye la frontera que queremos mover y no una barrera infranqueable.

Perseverar en esto es un valor que esperamos haberles podido entregar.

También el perseverar en el afán por querer hacer las cosas bien, poniendo en este empeño lo mejor de nuestro intelecto, no conformándose con poco.

Como diría Aristóteles transformando la vocación por la excelencia en un acto cotidiano y no en algo extraordinario.

Hemos intentado enseñarles con nuestro ejemplo y con nuestra historia. Con nuestros éxitos y nuestros fracasos, tal vez más importante, con la capacidad de levantarse frente a la adversidad, de la cual nuestra Facultad ha dado varias veces prueba.

Nuestra experiencia de vida académica nos ha enseñado que estos ejemplos pueden ser estériles, si no son recibidos por un espíritu noble, donde previamente se haya sembrado el ideal inspirador por buscar ser cada día mejor.

Estoy cierto, que vuestros Padres y vuestras familias con sus ejemplos de vida, con su apoyo incondicional forjaron vuestro espíritu, el espíritu de aquellos jóvenes que un día de marzo cruzaron nuestros umbrales y estuvieron dispuestos a recibir nuestras enseñanzas y nuestras experiencias de vida. Así, el día de hoy, la enseñanza familiar y la enseñanza universitaria cierran un proceso con un resultado excepcional, vuestra titulación.

No puedo dejar de reconocer que vuestro paso por la Facultad le dio vida y brillo a nuestros días. Vuestra juventud, con su particular visión e ímpetu, nos obligó a diario a revisar nuestras convicciones e ideas y algunas veces renovar nuestra forma de plantearnos frente a la sociedad. Nos hizo meditar y reflexionar sobre la realidad nacional y a comprender de mejor forma cuales son las preguntas que la sociedad demanda responder.

De esta manera, nuestra Universidad jamás envejece ya que sus estudiantes la mantienen eternamente joven.

Hoy convergen múltiples sentimientos, de celebración, de júbilo, de agradecimiento, de sentido del deber cumplido y también de compromiso por el futuro.

Así, mediante la solemnidad de esta ceremonia, queremos transmitirles el sentir de toda una Institución que se estremece con vuestro logro. Una Institución que los acogió con los brazos abiertos y, que hoy, los despide llena de orgullo con un abrazo fraterno.

Por ello, antes de despedirlos definitivamente, permítanme desafiarlos a conquistar nuevos horizontes. Desafiarlos a ser los arquitectos de vuestra propia historia. Una historia donde la nobleza y la rectitud caractericen vuestros actos cotidianos. Actos que estén al servicio de la verdad. Que les permitan ser reconocidos como personas justas, prudentes y sabias.

En sus actos cotidianos sumen y no resten.

Vayan por la vida llenos de alegría construyendo una sociedad, más sabia.

Para ello, utilicen todos vuestros talentos, no los desperdicien.

El que estén hoy día aquí, confirma que han vencido grandes obstáculos y han adquirido los conocimientos que los capacitan para alcanzar nuevas y mayores metas.

Confíen en Ustedes mismos.

No se preocupen por las dificultades de la vida, vuestro talento y los conocimientos que adquirieron en esta Universidad, serán las herramientas con la cuales sabrán enfrentar los desafíos que la vida les depare.

Que este Título profesional les abra los sentidos para percibir las cosas de un modo diferente. Así, descubrirán nuevas perspectivas, nuevas preguntas y nuevas respuestas.

Que vuestra capacidad creativa se expanda sin límites ni censuras. Para ello, los invito a que dejen libre vuestra capacidad creativa.

No sean esclavos de la autocensura intelectual ni se dejen doblegar por la soberbia del conocimiento.

Queridos y estimados egresados, a partir de hoy, ustedes forman parte de nuestra historia institucional y en Ustedes cristaliza nuestro deber republicano de entregar a la sociedad chilena científicos y profesionales de bien.

Quiero que sepan que ha sido un honor tenerlos en nuestra facultad. Nuestros brazos están abiertos para acogerlos siempre que Ustedes nos necesiten.

Esta es y seguirá siendo vuestra casa.

En nombre de toda la Facultad y de la Universidad de Chile, los felicito y les deseo lo mejor.

Muchas gracias.

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