El acto fue organizado por la Oficina de Igualdad de Género y Diversidades (Ofigen) de la Facultad, con el apoyo del proyecto Ciencia 2030 y el respaldo institucional de las autoridades. En esta ocasión, también se contó con la participación de representantes del Museo de Química y Farmacia Prof. César Leyton, fortaleciendo el carácter comunitario e institucional del evento.
Durante la ceremonia, el decano Prof. Pablo Richter Duk entregó unas palabras en las que reafirmó el compromiso de la Facultad con la inclusión, el respeto por las disidencias sexuales y la creación de espacios seguros y libres de discriminación.
“Como Universidad de Chile, tenemos la responsabilidad de garantizar que cada persona pueda vivir su identidad en libertad y con dignidad. La inclusión no es un gesto ni una consigna: es un valor profundo que, al igual que otros fundamentales como el respeto, la empatía o la lealtad, no siempre recibe el lugar que merece en nuestra sociedad. Y aunque hoy no estemos hablando directamente de eso, sabemos que estos valores se sostienen, o se debilitan, en los actos cotidianos, en nuestras relaciones y en cómo construimos comunidad”, sostuvo.
“Por eso, este valor, el respeto por la diversidad, debe impregnar nuestra vida universitaria e inspirarnos a proyectar un país más justo, más humano y más consciente. Y en este camino, también es importante reconocer que no siempre fue fácil participar en actos como este. Yo mismo, como muchas personas de mi generación, he tenido que ir aprendiendo, escuchando y comprendiendo. Ha sido un proceso, a veces desafiante, pero muy enriquecedor. En ese trayecto, mis hijas e hijos, y también mi señora, han sido una fuente constante de aprendizaje y reflexión. Y sinceramente creo que estos procesos nos hacen mejores personas”, agregó la autoridad universitaria.
Uno de los momentos más emotivos fue el discurso del estudiante de la carrera de Ingeniería en Alimentos, Nicolás Retamal González, quien compartió su experiencia en la universidad:
“Al llegar aquí, llegué con miedo pensando en que no sería aceptado. Pero me encontré con una comunidad tan inclusiva, libre y diversa como los colores de nuestra bandera. Conmemoramos nuestra historia y nuestras experiencias porque valemos y siempre hemos sido suficiente”, expresó.
Beatriz Barra Ortiz, coordinadora de Ecosistemas y Género del programa Ciencia 2030, valoró profundamente la jornada:
“Me sentí muy feliz de haber sido parte y articuladora de esta iniciativa. Ver izarse la bandera y escuchar tantos testimonios fue conmovedor. En un contexto donde aún persisten discursos de odio, desinformación y violencias, este acto es un gesto político potente, que instala la urgencia de reconocer a las personas LGBTIQ+, como parte fundamental de nuestra comunidad. Que toda la Facultad, no solo las disidencias, se haya sumado, habla de un compromiso real con los cambios que necesitamos para una mejor universidad”, remató Beatriz.
El izamiento de la bandera LGBTIQ+ es parte de una serie de acciones orientadas a fortalecer una cultura de derechos y respeto dentro de la Facultad, donde cada persona pueda vivir su identidad con orgullo y sin miedo.
“¡Que esta bandera nos inspire a avanzar siempre hacia una convivencia basada en el amor, la aceptación y la igualdad!”, finalizó Magaly Ahumada Valdebenito, secretaria ejecutiva de la Ofigen.