El pasado jueves 21 de agosto se realizó en el Aula Magna Prof. Irma Pennacchiotti Monti la ceremonia de lanzamiento del libro: “Esencia y vocación: 80 años de formación profesional y creación de conocimiento para Chile” en el marco de la conmemoración del octogésimo aniversario de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas.
La ceremonia contó con la participación de la rectora Prof. Rosa Devés, la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones Prof. Pilar Barba, el decano Prof. Pablo Richter, la vicedecana (s) Prof. Paz Robert, el director de Desarrollo Académico de la Universidad Prof. Claudio Olea, el director de Extensión de la Universidad Prof. Fabián Retamal, el director de Extensión y Vinculación Prof. Nelson Ibarra y la subdirectora de Extensión y Vinculación Betsabet Sepúlveda.
También estuvieron presentes directivos, académicos, estudiantes, personal de colaboración e invitados especiales. Asimismo, los representantes de las empresas que apoyaron al financiamiento del libro, entre ellos Laboratorios Maver, Laboratorios Saval, Laboratorios Sanderson, Farben Chile y Basf.
Las intervenciones musicales que deleitaron a los asistentes estuvieron a cargo del Grupo Serendipia de la Facultad de Artes, quienes interpretaron el tango “El choclo” del músico argentino Ángel Villoldo y un medley del grupo sueco Abba.
El primero en tomar la palabra fue el decano Pablo Richter, quien centró su discurso en explicar los orígenes del libro, los principales hitos que se trazan y los desafíos que se aproximan en el futuro a nuestra institución. “No es tarea sencilla y quizás sea una de las más complejas, concebir una obra que logre capturar y aquilatar la riqueza de 80 años de historia institucional. Una institución no es meramente un conjunto de edificios, reglamentos o hitos cronológicos. Es ante todo un organismo vivo, un alma colectiva, forjada por las aspiraciones, los esfuerzos, los éxitos y también las frustraciones de miles de personas que la han habitado”, sostuvo.
“En las páginas de Esencia y Vocación: 80 años de formación profesional y creación de conocimiento para Chile, ustedes podrán emprender un viaje, a través de las distintas etapas de nuestra historia. Porque no partimos en 1945, sino que mucho antes. En un periodo fundacional casi mitológico con la creación de la clase de Farmacia en la sección universitaria del Instituto Nacional en 1833”, agregó.
Luego fue el turno de Nicole Molina, historiadora y profesional del Museo de Química y Farmacia Prof. César Leyton, quien compartió su experiencia en la elaboración de esta obra. Molina explicó que en la elaboración del libro fue crucial la donación de fotografías y la revisión de otros libros que antecedieron esta obra. “La creación de la facultad representa al mismo tiempo un inicio y un fin. El inicio de una nueva etapa institucional, sin duda, pero también el fin de un proceso de consolidación de la profesión químico-farmacéutica. Si bien la idea de crear una Facultad de Farmacia se mencionó desde finales del siglo XIX, la realidad de la escuela de farmacia era descrita como compleja y precaria. Con un alto ingreso de estudiantes, pero con pocos recursos para su óptimo funcionamiento”, dijo.
“¿Por qué nos congregamos cada día en este espacio? ¿Cómo se han configurado los distintos campos de estudio a lo largo de los años y quiénes han sido sus promotores? ¿Qué desafíos ha enfrentado la facultad en estos en estos 80 años? En esa misma línea se propone la fotografía como una ventana para conocer el pasado. Un pasado del que quizás muchos no participamos, pero también una invitación a recordar los eventos de los que sí hemos sido parte, conectando distintas generaciones en torno al diálogo y a la memoria”, añadió.
Académicas FaCiQyF reflexionan en torno al libro
En el contexto de este libro están también las vivencias y testimonios de quienes han sido parte de su historia. En este sentido, las académicas profesoras Evgenia Spodine y María Nella Gai, junto con la profesora emérita Lilia Masson subieron al podio a relatar sus experiencias, siendo fieles representantes de la memoria colectiva de nuestra facultad.
Evgenia Spodine es profesora titular y egresada de la primera generación de la carrera de Química. “En este libro se resume el quehacer que ha contribuido a la formación de químicos farmacéuticos, químicos, bioquímicos e ingenieros en alimentos, siendo la facultad pionera en la formación de estos profesionales. Como también en la formación de magísteres y doctores en estas disciplinas. Para mí es un gran honor y una gran emoción el haber sido invitada a participar en la presentación de este libro. ¿Por qué digo una gran emoción? Se debe al hecho que yo he sido testigo de esta historia y también partícipe de la misma. La facultad fue creada en 1945 y yo ingresé 15 años después como estudiante en 1960. Por lo tanto, como ustedes se darán cuenta, he desarrollado mis actividades en ella por más de seis décadas”, reflexionó la académica. En su relato recordó algunos hitos, como el incendio de 1992 en la sede Olivos y el rol clave que jugó el Prof. Hugo Zunino en la reconstrucción.
Por otra parte, la profesora emérita Masson, quien fue una de las creadoras de la carrera de Ingeniería en Alimentos meditó sobre lo que significa ser profesor en el mundo universitario. “Ser profesor es una profesión más bien silenciosa. Quedamos más bien en el anonimato y en el recuerdo de nuestros estudiantes. Tenemos la responsabilidad tremenda que los padres y las madres de estos estudiantes nos entregan a nosotros lo mejor de sus vidas que son sus hijos. Esa confianza de los padres y madres con sus profesores es un lazo importante y que debe mantenerse. No hay un código escrito para ser un buen profesor. Porque el ser un buen profesor es un desafío permanente en el perfeccionamiento. La labor del profesor es muy amplia, muy profunda y muy importante y debe seguir siendo el alma de la facultad y de la universidad”, enfatizó.
En tanto, la profesora titular María Nella Gai habló sobre su trayectoria profesional en la facultad, haciendo un homenaje a académicos y personal de colaboración. “Todos los académicos que formamos esta comunidad hemos contribuido en diferentes instancias a la formación de nuestros estudiantes. Cuando me encuentro con los egresados de nuestra facultad, siempre recibo un saludo muy cariñoso y espero haber sabido llegar a ellos. Haberles transmitido no solo conocimiento, sino amor y respeto por la profesión, por los pacientes que reciben finalmente el fruto de sus trabajos y por su universidad que los formó. Si he logrado eso es más que suficiente para mí. Estoy muy agradecida la oportunidad por la oportunidad que me dio la vida de hacer un trabajo que me ha dado muchas satisfacciones. Por la familia que siempre me acompañó, por mis amigos que hice en la universidad compañeros de vida que han estado a mi lado por más de 50 años”, señaló.
La rectora Rosa Devés también protagonizó un simbólico momento al ser la primera persona en recibir un ejemplar del libro. “Es maravilloso conmemorar los 80 años de la Facultad a través de este libro que reúne su historia. Fue muy emocionante escuchar a la maestra Lilia Masson, quien fue mi profesora. Su sabiduría es inagotable. Tiene esa esperanza de que siempre se aprende, siempre hay algo que enseñar y siempre hay algo que entregar. Asimismo, las intervenciones de las profesoras Evgenia Spodine y a María Nella Gai, quien fue mi compañera de curso, fueron muy inspiradoras para la historia y el amor por esta Facultad, que compartimos”, reflexionó la rectora Devés.
En tanto, la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones Prof. Pilar Barba señaló que "quiero felicitar a la facultad por estos 80 años y en ese marco también por el lanzamiento de este libro que recoge la historia pretérita de las ciencias químicas, farmacéuticas, bioquímicas y alimentarias en Chile".
Finalmente, el director de Extensión de la Universidad de Chile Fabián Retamal reflexionó acerca del acto de cultural y comunitario que implica consignar la historia en un libro. “Se escribe un libro porque el ser humano necesita dejar huella, porque hay una memoria que guardar, un conocimiento que transmitir y también, como decía el decano, un futuro que proyectar. Un libro es más que un objeto. Es memoria encuadernada en un lugar donde las historias se conservan, se consultan y se renuevan. Un libro no caduca. Puede estar un poco más amarillo con sus hojas, ¿no? En la medida que van pasando los años, pero nunca pierde su vigencia. Cada página páginas, testimonio y al mismo tiempo una promesa”, comentó.
“Nos permite volver a escuchar las voces del pasado y entregarlas a las generaciones futuras. Gracias a los libros, sabemos de dónde venimos, reconocemos los hitos que nos han formado y proyectamos el conocimiento más allá, en este caso de nuestras aulas y de nuestros laboratorios. Los proyectamos hacia toda la comunidad, los proyectamos hacia toda la sociedad”, agregó.
Finalmente, los asistentes se pusieron de pie para entonar el Himno de la Universidad de Chile. Al cierre se les obsequió el libro y se congregaron a las afueras del aula para degustar de un ameno coctel.