Prof. Mario Chiong, investigador del centro ACCDiS:

“La insuficiencia cardíaca es una de las causas más importante de hospitalización y mortalidad en el país”

Insuficiencia cardíaca: causa de hospitalización y muerte en Chile

¿Qué es la insuficiencia cardiaca?

La insuficiencia cardíaca es una afección crónica y progresiva en la cual el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo. No significa que el corazón deje de latir, sino que su capacidad de bombeo se debilita. Esto puede ocurrir porque el músculo cardíaco está dañado o debilitado, generando una insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida (HFrEF, por sus siglas en inglés), o porque los ventrículos (las cámaras principales de bombeo del corazón) se vuelven rígidas y no se llenan adecuadamente de sangre, aunque la contracción es normal, generando una insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada (HFpEF, por sus siglas en inglés). Como resultado, en ambas insuficiencias cardíacas, la sangre no llega adecuadamente a los órganos, haciendo que éstos no reciban suficiente oxígeno y nutrientes para su funcionamiento.

¿Cuáles son los síntomas y causas?

Los síntomas de la HFpEF como la HFrEF pueden variar dependiendo de la gravedad de la afección. Algunos de los síntomas más comunes incluyen la dificultad para respirar (disnea), la que aparece inicialmente durante el ejercicio o al acostarse, y en etapas avanzadas incluso en reposo. Fatiga y debilidad, con hinchazón (edema) principalmente en los tobillos, las piernas y el abdomen. Puede haber tos o sibilancias, por la acumulación de líquido en los pulmones. Esta acumulación de líquidos también puede presentarse en las extremidades inferiores. Puede presentarse latidos cardíacos rápidos o irregulares (palpitaciones) con mareos o aturdimiento. Todos los pacientes manifiestan disminución de la capacidad para hacer ejercicio que se va agravando a medida que avanza la enfermedad.

Las causas de la insuficiencia cardíaca son diversas y depende si corresponde a HFrEF o a HFpEF. Para la HFrEF, algunas de las causas más comunes son la enfermedad coronaria (estrechamiento o bloqueo de las arterias que suministran sangre al corazón, a menudo debido a la presencia de aterosclerosis), infarto del miocardio (daño al músculo cardíaco debido a la falta de flujo sanguíneo), hipertensión arterial (presión arterial alta) crónica, valvulopatías (problemas con las válvulas cardíacas que impiden que la sangre fluya correctamente), cardiopatías congénitas (por defectos cardíacos presentes al nacer de origen hereditario o congénito), entre otras. En cambio, para la HFpEF la causa más común es padecer simultáneamente obesidad, diabetes, hipertensión, y ser de edad avanzada y mujer.

¿Cuáles son los factores de riesgo para padecerla y qué importancia tiene la prevención?

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca. Ser de edad avanzada (ya que el riesgo aumenta con la edad), tener antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular o insuficiencia cardíaca; padecer de enfermedad coronaria, hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto, obesidad, tabaquismo, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol, estrés crónico, y padecer otras enfermedades crónicas, como enfermedad renal crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y apnea del sueño.

La prevención es fundamental para reducir el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca y para retrasar su progresión en personas que ya tienen factores de riesgo. Adoptar un estilo de vida saludable y controlar las enfermedades crónicas son pilares clave. Para ello hay que mantener una dieta saludable que sea rica en frutas, verduras, granos integrales y baja en grasas saturadas, grasas trans, colesterol y sodio. Se debe realizar actividad física regular, ya que el ejercicio fortalece el corazón y mejora la circulación. Mantener un peso saludable para prevenir el desarrollo de obesidad y diabetes. No fumar, ya que el tabaquismo daña los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca. Controlar la presión arterial y con ello reducir el estrés en el corazón, en el riñón, y en los vasos sanguíneos. Controlar el colesterol, ya que niveles altos de colesterol LDL favorece el desarrollo de aterosclerosis. Controlar la diabetes manteniendo los niveles de azúcar en sangre bajo control para prevenir el daño a los vasos sanguíneos y al corazón. Finalmente limitar el consumo de alcohol y manejar el estrés.

¿Qué nivel de incidencia tiene esta enfermedad en Chile? ¿Afecta a hombres y mujeres por igual?

Se desconoce la incidencia de la insuficiencia cardíaca en la población general de Chile, pero se estima que es similar a lo que se observa a nivel mundial en poblaciones envejecidas. Se estima que la prevalencia en la población general es de alrededor del 3%, pero puede llegar al 10% en personas mayores de 70 años. La estadística disponible en Chile se basa sólo en registro de pacientes que se hospitalizan presentando insuficiencia cardíaca. Este registro se conoce como registro ICARO. Basado en esta base de dato se ha podido determinar que en Chile la prevalencia de la HFrEF y HFpEF es casi del 50% cada una, y que la incidencia de ambas insuficiencias cardíacas con la edad. La insuficiencia cardíaca es una de las causas más importante de hospitalización y mortalidad en el país, siendo una carga económica importante para el sistema de salud debido a los altos costos de hospitalización, tratamiento y manejo a largo plazo. En cuanto a si afecta a hombres y mujeres por igual, la evidencia sugiere que la incidencia puede variar ligeramente según la edad y el tipo de insuficiencia cardíaca. La HFpEF es más frecuente en mujeres que en hombres. En cambio, la HFrEF, debido a la enfermedad coronaria, una causa principal de insuficiencia cardiaca, tiende a manifestarse a una edad más temprana en los hombres. Sin embargo, a medida que las mujeres envejecen, el riesgo de desarrollar HFrEF se iguala e incluso puede superar al de los hombres en ciertos grupos de edad.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la insuficiencia cardíaca se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, el examen físico y diversas pruebas diagnósticas. Para ello, el cardiólogo preguntará sobre los síntomas, antecedentes médicos personales y familiares, y realizará un examen físico para buscar signos de insuficiencia cardíaca, como hinchazón, dificultad para respirar y ruidos cardíacos anormales, entre otros síntomas. Posteriormente, se realizan evaluaciones a través de un electrocardiograma (que mide la actividad eléctrica del corazón y puede revelar signos de daño cardíaco, arritmias o agrandamiento del corazón), y ecocardiograma (que evalúa tamaño, forma, estado de las válvulas cardíacas, y función sistólica y diastólica cardíaca). La ecocardiografía es una de las pruebas más importantes para diagnosticar y evaluar la gravedad de la insuficiencia cardíaca, permitiendo distinguir entre HFrEF y HFpEF. Además, se realiza un análisis de sangre, especialmente la determinación de los niveles de péptidos natriuréticos (como el BNP o NT-proBNP), ya que sus niveles elevados pueden sugerir insuficiencia cardíaca. El diagnóstico se complementa con radiografía de tórax para evaluar si hay líquido en los pulmones (congestión pulmonar) o si el corazón está agrandado. Se realiza prueba de esfuerzo como el test de caminata de 6 minutos que ayuda a evaluar la gravedad de la insuficiencia cardíaca.

¿Qué tratamientos existen?

El tratamiento de la insuficiencia cardíaca tiene como objetivo aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida, prevenir la progresión de la enfermedad, reducir las hospitalizaciones y prolongar la supervivencia. El enfoque del tratamiento es multifactorial e incluye cambios en el estilo de vida (restricción en el consumo de sodio, reducir el peso si hay sobrepeso u obesidad, realizar ejercicio regular, dejar de fumar, no consumir alcohol, manejo del estrés), y el uso de medicamentos. En la HFrEF se pueden utilizar inhibidores de la ECA (IECA), antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARA II), beta-bloqueadores, diuréticos, digoxina, y en casos avanzados de la enfermedad, antagonistas de los receptores de mineralocorticoides. En pacientes con HFpEF se recomienda utilizar inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2), que, a pesar de que inicialmente se utilizaba para el tratamiento de la diabetes, han demostrado beneficios significativos en pacientes con HFpEF, incluso sin diabetes.

Además, en casos avanzados de la enfermedad se puede añadir dispositivos implantables, como marcapasos para regular el ritmo cardíaco lento, desfibrilador automático implantable (DAI) para prevenir la muerte súbita por arritmias ventriculares peligrosas, y en casos extremos dispositivos de asistencia ventricular (DAV) para ayudar al corazón a bombear sangre y finalmente, trasplante cardíaco en pacientes terminales y que no responden a otros tratamientos.

¿Qué avances ha habido en la investigación sobre esta enfermedad?

La investigación sobre la insuficiencia cardíaca es uno de los campos más activo y en constante evolución en enfermedades cardiovasculares. En los últimos años, ha habido avances significativos que han mejorado la comprensión, el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad, particularmente en la HFpEF. Hasta hace muy poco, la HFpEF no poseía ningún tratamiento. En 2021 se descubrió que empagliflozina, un iSGLT2, demostró reducir hospitalizaciones y mortalidad en pacientes con HFpEF. Sin embargo, aún con las terapias existentes, tanto HFrEF como HFpEF son patologías que no poseen cura y los tratamientos sólo retardan o detienen la progresión de la enfermedad.

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