En agosto se conmemora el Mes del Corazón, fecha que busca concientizar a nivel internacional sobre la prevención de las enfermedades cardíacas y cardiovasculares, y la importancia de promover un estilo de vida saludable. Según datos del año 2021 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte, ocasionando cerca de 30 mil fallecimientos anuales.
Las enfermedades cardiovasculares afectan a un número mayor de mujeres que de hombres. Valentina Parra Ortiz, Doctora en Bioquímica, académica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile e investigadora del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS) ha estudiado especialmente la relación que existe entre las mujeres y el riesgo de que padezcan alguna enfermedad cardíaca o cardiovascular. “En Chile, la principal causa de muerte entre las mujeres en edad reproductiva es el cáncer de mamas. Sin embargo, se observa que cuando ocurre la menopausia las enfermedades cardíacas y cardiovasculares pasan al primer lugar”, revela Parra, quien también es profesora asociada en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile
Este fenómeno ha sido detectado desde hace tiempo por la comunidad científica. Una de las explicaciones que plantea la especialista es la presencia de los estrógenos. “Los estrógenos son hormonas fundamentales en la mantención del ciclo menstrual, en la capacidad de dar a luz y tener hijos. Asimismo, dan cuenta de todas las características sexuales secundarias de la mujer, que se expresan en la adolescencia, como la voz aguda, el ciclo menstrual hormonal de 28 a 30 días, las caderas se tornan más anchas y la cintura más afinada, la ausencia de vello facial, entre otras”, detalla.
“Los estrógenos surgen del metabolismo, generados a partir del colesterol. Los hombres también producen esta hormona, pero en bajas cantidades. En el caso de las mujeres en edad fértil los estrógenos aparecen muy elevados y estas hormonas tienen un efecto cardioprotector”, agrega también la investigadora asociada del Centro Systemix de Biología de Sistemas (Systemix Center)
Estas hormonas comienzan a disminuir con los años, principalmente a partir de la etapa de la menopausia. “Las mujeres nacemos con una reserva ovárica limitada. Cuando se entra en la menopausia los niveles de estrógeno bajan y aumenta la incidencia de enfermedades cardíacas y cardiovasculares”, sostiene.
El factor andrógeno
Una visión complementaria tiene Claudia Muñoz Rodríguez, químico farmacéutico, Doctora en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Chile y posdoctorante del mismo Centro de Investigación. Su trabajo se centra en el estudio de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada, tipo de insuficiencia que actualmente no cuenta con tratamiento farmacológico disponible, y que afecta mayoritariamente a mujeres en edad menopáusica.
Su hipótesis plantea que las enfermedades cardiovasculares y cardiacas no sólo se deben a la falta de estrógenos, sino al predominio de los andrógenos por sobre los estrógenos. “Los andrógenos son las hormonas sexuales masculinas, pero que las mujeres también tienen en menor cantidad, como la testosterona y la androsterona. Existe una enzima llamada aromatasa que se encarga de transformar las hormonas masculinas en femeninas. Una de mis estrategias es utilizar un inhibidor de esa enzima para aumentar la proporción de andrógenos y simular lo que se observa durante la menopausia a nivel cardiovascular”, reflexiona.
Un caso particular se da en las mujeres que tienen ovario poliquístico, las que presentan exceso de andrógenos. Entre las características están la aparición de vello facial, acné, aumento de peso, además de ser más propensas a sufrir enfermedades cardiacas.
Estilo de vida saludable
La menopausia es un proceso natural de la vida, al igual que la pérdida de los estrógenos y el aumento de la proporción de los andrógenos. Sin embargo, lo que podemos hacer es prepararnos para llegar de la mejor manera posible a esa etapa y de esa manera evitar eventuales enfermedades cardiacas y cardiovasculares. Por ejemplo, a través de la promoción de un estilo de vida saludable. Se recomienda la realización de actividad física, la alimentación sana, no consumir tabaco ni alcohol, además de evitar la aparición de enfermedades crónicas, como la hipertensión y la diabetes.