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El pasado lunes 17 de junio se realizó en el Auditorio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile la presentación del libro “Obra y legado de Otto Warburg. Un hito en la historia de la Bioquímica”, escrito por la Prof. Daniela Seelenfreund.
El Prof. Nelson Ibarra, director de Extensión y Vinculación de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, asistió en representación del decano Prof. Pablo Richter. Además, concurrieron diversos/as académicos/as del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, entre ellos los profesores Dante Miranda – director de dicha unidad académica - , Alfonso Paredes, Christian Wilson y la académica emérita María Antonieta Valenzuela. Asimismo, egresados/as y estudiantes de la Facultad, entre otros/as invitados/as asistieron al lanzamiento.
El Dr. Jorge Martínez, presidente del directorio de Editorial Universitaria y la Prof. Victoria Guixé de la Facultad de Ciencias acompañaron a la Prof. Seelenfreund en su lanzamiento. “Este saludo se extiende a Daniela que ha hecho un estupendo trabajo para reconocer la vida y trabajo de Otto Warburg y los inicios de una disciplina que a todos nos convoca. La bioquímica es una ciencia joven. No es difícil hoy en día encontrar con los medios que disponemos los aspectos biográficos y obras de los precursores. Entre ellos Otto Warburg se encuentra en el primer lugar o cerca de ello”, expresó Martínez.
La Dra. Guixé relató cómo se gestó este libro a los/as asistentes. “Su lectura genera el efecto Warburg que va mucho más allá de una condición metabólica. Le pregunté a Daniela por qué un libro sobre Warburg y me contó que la idea surgió cuando encontró su biografía escrita por Hans Krebs, en el laboratorio de Osvaldo Cori en Vicuña Mackenna 20. El libro estaba escrito en alemán. Ella le propuso a la Editorial Universitaria hacer la traducción. Sin embargo, la propuesta fue '¿por qué no escribes tú un libro sobre él?', al darse cuenta que existía una versión en inglés de ese libro”, sostiene.
Historia de este científico
Otto Warburg nació el 8 de octubre de 1883 en Alemania. Emil Warburg, su padre, fue una gran influencia al ser uno de los más eminentes físicos de su tiempo. Era además un destacado pianista. Su madre era una mujer vital y de mente ágil. En ese ambiente estimulante el joven Otto conoció a destacados físicos de la época, como Max Planck y Albert Einstein.
Warburg destaca por su formación en química, medicina y física, siendo considerado un pionero de la bioquímica de la primera mitad del siglo XX. En 1931 es reconocido con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología por su descubrimiento de la naturaleza y modo de acción de la enzima respiratoria.
“El libro nos ofrece una amplia y amena lectura no solo del desarrollo de la carrera científica, sino del ambiente en el que se desenvolvió y como las circunstancias del entorno y los maestros moldearon esa trayectoria. Se vislumbra una preocupación por desarrollar experimentos de forma metódica y objetiva”, detalla la Dra. Guixé en su intervención.
“Sin duda, desearíamos que la lectura de este libro por parte de jóvenes científicos contagie el rigor y la meticulosidad con que abordaba sus desafíos experimentales. La historia de la bioquímica está indisolublemente unida a la historia de Otto y es así como el libro nos entrega una interesante mirada acerca de las distintas contribuciones de Warburg a esta, como por ejemplo, el estudio del metabolismo en células normales y cancerosas, donde concluyó que en las células cancerosas el consumo de glucosa es varias veces mayor que el de las células normales, aun en presencia de oxígeno. Es lo que hoy conocemos como el efecto Warburg”, agregó la académica de la Facultad de Ciencias.
Otros temas que estudió Warburg fueron la respiración celular y la fotosíntesis, siendo un adelantado en describir las reacciones de oxidorreducción, las que según descubrió él, ocurren siempre asociadas a estructuras específicas insolubles de las células a las que llamó “granitos” y las que hoy sabemos corresponden a las mitocondrias.
Warburg tuvo destacados discípulos entre estudiantes de doctorado, asistentes de investigación y postdoctorados. Cuatro de ellos obtuvieron el Premio Nobel. “La capacidad intelectual de Warburg se combinaba con una inusual destreza para diseñar, realizar experimentos y para desarrollar nuevos métodos. Reunía en una sola persona los conocimientos de la química y la física”, complementó la Dra. Guixé. Cabe destacar la creación del manómetro de Warburg, que fue diseñado por él para medir la diferencia entre la presión atmosférica y la presión de líquidos y gases dentro de un circuito cerrado.
“Como anécdota es interesante mencionar que uno de los primeros científicos chilenos, Eduardo Cruz Coke, estuvo tres meses en el laboratorio de Warburg, donde conoció a Krebs, trayendo a Chile el manómetro a la Facultad de Medicina, donde lo armó Jorge Mardones”, relata la presentadora del libro. Otto Warburg fallece el 1 de agosto de 1970 a los 86 años.
Conversación con la autora
Entre los numerosos agradecimientos que realizó la Prof. Daniela Seelenfreund mencionó a la Facultad y al decano Prof. Pablo Richter por apoyar en el financiamiento del libro.
¿Cómo nació la idea de escribir este libro?
“Encontré un libro en alemán en el antiguo laboratorio de bioquímica en Vicuña Mackenna 20. Tenía algunos papeles con anotaciones en su interior que eran del Prof. Osvaldo Cori. Me pareció algo muy interesante. Me dio la impresión de que lo que leía era el modelo de Cori. Hubo muchos bioquímicos chilenos que se formaron con otros discípulos de este mismo científico, principalmente de la Universidad de Chile. De hecho, Fritz Lipmann, uno de los discípulos de Warburg, quien también recibió el Premio Nobel, formó a cinco bioquímicos chilenos: Hermann Niemeyer, Osvaldo Cori, Tito Ureta, Jorge Allende y Francisco Orrego, todos académicos de la U. de Chile”.
¿Qué similitudes tienen Warburg y Cori en sus biografías?
“Me pareció que habían algunas similitudes entre lo que describí en el libro y el Prof. Osvaldo Cori, a quien alcancé a conocer. Resalto la mirada muy química más que biológica y la capacidad de construir sus propios equipos. La diferencia era que a Cori le importaba la docencia. A Warburg no. Otra diferencia era que Cori participó activamente en política científica, siendo presidente de Conicyt. Warburg no participó en este tipo de instancias. Cori no conoció a Warburg, pero se formó con uno de sus discípulos. Cori fue importante para el surgimiento de la bioquímica en Chile. Él y su señora, la Prof. Aida Traverso crearon la carrera de bioquímica para formar investigadores en Chile, siendo la primera en el país”.
¿Cuáles fueron las principales contribuciones de Otto Warburg?
“Trabajó en temas muy distintos. Destaco temas como la química que subyace para identificar las moléculas importantes, la capacidad de cómo enfrentar un problema, cómo plantearse las preguntas. Estudió el cáncer y pensaba que había descubierto su causa. Aunque se demostró con posterioridad que algunas de sus conclusiones estaban erradas, descubrió los cambios metabólicos en las células cancerosas. Ahora sabemos que esos cambios no son la causa del cáncer, sino la consecuencia. Sin embargo, un descendiente académico de él fue quien descubrió la causa real del cáncer, que son las mutaciones”.
¿Warburg es una figura reconocida en la actualidad?
“Yo diría que era más conocido antes de lo que es en la actualidad. Los métodos que él inventó se usaron por mucho tiempo, pero ya no se utilizan. Las cosas que él descubrió están en la base de la disciplina, aquellas que ya no se mencionan como invento en los textos. Es más reconocido por el concepto del efecto Warburg. Sin embargo, hay que reconocer a Warburg como uno de los grandes precursores de la bioquímica moderna, aunque se haya equivocado. El equivocarse es parte de la investigación. Uno pregunta, trata de obtener una respuesta, puede que la interprete bien o mal. Es una construcción comunitaria, uno va aportando, otro cuestiona y así se va corrigiendo. Los investigadores que se formaron con Warburg llevaron ese estilo de trabajo y de hacer ciencia a sus propios laboratorios, y posteriormente formaron a varios investigadores chilenos”.
