Juan Pablo Silva, estudiante de cuarto año del Doctorado en Bioquímica y Alumni de Bioquímica, ambos programas realizados en nuestra Facultad, recibió hace unos días la noticia de que obtuvo el Premio Sergio Lavandero 2025. “Recibo este premio con profunda gratitud y humildad. Ser reconocido con el Premio Sergio Lavandero 2025 es un honor muy significativo que representa un compromiso con la excelencia científica, la formación académica y la contribución a la comunidad científica”, dice con emoción.
No deja de pensar y nombrar a las personas que dice le ayudaron a cimentar este camino. “También considero este premio como un gran y merecido reconocimiento para mí y las personas con quienes trabajo tanto del Laboratorio de Neuroplasticidad y Neurogenética dirigido por la Prof. Jenny Fiedler y el Laboratorio de Bioinformática Integrativa dirigido por el Prof. Vinicius Maracaja. Como también a mi desempeño académico y al esfuerzo que he realizado durante mi permanencia en el programa de Doctorado en Bioquímica de nuestra Facultad. Este es un gran apoyo económico para seguir mejorando, profundizando y creciendo, como joven investigador teniendo la oportunidad de presentar mi trabajo en el extranjero”, enfatiza.
“Pertenecer al programa de doctorado en Bioquímica ha sido una gran experiencia para desarrollar mis habilidades en Bioquímica y Bioinformática esta última rama se ha integrado fuertemente en los últimos años del programa. Cuenta con académicos capaces de favorecer tu crecimiento y autonomía investigativa en el área de proteínas, transcriptómica y genómica. Pertenecer al programa se alinea con mi visión de que en Chile se hace ciencia de alto nivel y tenemos que seguir mejorando, volvernos activos en realizar ciencia con tecnología de punta, bien justificada. Con el objetivo de contribuir a la sociedad, como mencionaba el Prof. Sergio en los seminarios debemos siempre ubicarnos en la frontera del conocimiento”, refuerza Silva.
No es extraño que este joven oriundo de la Villa Chiloé de Puente Alto lograra sobresalir. “Luego de terminar sexto básico, un muy buen profesor, viendo mi buen desempeño, me motivó a postular al Instituto Nacional en el 2006. Ahí, habiendo sido seleccionado, mis padres creyeron en mí y tomaron la decisión de mudarnos a San Miguel para que me fuera factible trasladarme en metro al colegio”, narra.
Egresado de Bioquímica en 2020, cuenta el por qué eligió esta carrera científica: “Elegí esta carrera porque siempre fui muy curioso, quería comprender la naturaleza química de los seres vivos. Conocer el cómo, desde la interpretación de la información genética se logra formar y coordinar la función de un organismo completo. Como en el cerebro las neuronas son capaces de concebir las funciones cognitivas, como pensar, imaginar, soñar, emocionarnos, relacionarnos, interpretar nuestro entorno y solucionar problemas. Hay una inteligencia muy sofisticada en todas las células que nos componen y en parte la ciencia revela un poco de esa lógica que hay detrás. Durante la carrera, pude adquirir conocimientos sólidos en Bioquímica, Biología Molecular, Biología Celular y Fisiología. Además, de desarrollar habilidades prácticas y un criterio científico durante mis pasantías en los laboratorios de investigación de nuestra Facultad desde muy temprano”, revela.
En 2019 fue parte de la primera generación del “Diplomado en Bioinformática y Biología Computacional” que imparte la Escuela de Postgrado de nuestra Facultad. Participó varios años primero como ayudante de los cursos Química Fisiológica y Patológica que coordina el Prof. Sergio Lavandero, luego como ayudante y profesor en el curso de Fisiología celular y Bioinformática. “Me gusta enseñar y compartir las cosas que he aprendido, facilitar lo importante y las herramientas para que mis alumnos puedan seguir aprendiendo de forma autónoma”, explica.
De las personas que han contribuido a su carrera científica, a la Prof. Jenny Fiedler la considera “una mentora excepcional. Admiro profundamente su carácter, su agudeza intelectual y, sobre todo, su capacidad docente para potenciar lo mejor de cada uno de sus estudiantes”.
“Buscamos evaluar los efectos del estrés crónico, incluyendo la variabilidad que existe por efecto del sexo biológico en la expresión de genes del hipocampo y su relación con el establecimiento de conductas tipo depresivas en un modelo animal de ratas. Cabe destacar que, durante mucho tiempo se realizó investigación en modelos animales, evaluando solo un sexo biológico o sin considerar diferencias entre machos y hembras. Hoy en día, es relevante y se sabe que existen diferencias importantes en la etiología, prevalencia, síntomas y respuesta a los tratamientos para enfermedades neuropsiquiátricas que, de ser consideradas, en un futuro favorecerán el desarrollo de fármacos y tratamientos más específicos y efectivos”, señala.
La contribución de Silva ha sido clave para el comienzo de la nueva Unidad de Genómica Avanzada (UGA). “Me comprometí a realizar los primeros experimentos que resultaron exitosos en los equipos para la secuenciación de DNA y RNA por nanoporos, a la fecha hemos realizado más de 30 experimentos de secuenciación. Fui pionero aprendiendo a utilizar y considerar lo necesario para usar los secuenciadores que adquirió el Prof. Vinicius, los equipos MinION y PromethION, desde la preparación de muestras hasta el análisis de datos masivos para extraer información biológica relevante”, detalla.
“Hoy la UGA ya ha sido inaugurada y cuenta con un excelente equipo de profesionales dirigidos por el Prof. Vinicius que, entre otras actividades relevantes para el país, como colaboradores de la iniciativa 1000 genomas secuenciamos el genoma del Pudú chileno, lo cual contribuye a la preservación del patrimonio biológico nacional”, concluye.
Sobre el premio
El Premio Sergio Lavandero es otorgado al mejor estudiante de uno de los cinco programas de doctorado que imparte la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile. La persona que obtiene este reconocimiento recibe financiamiento para un viaje al Congreso Científico Internacional relevante de su especialidad. Juan Pablo se muestra entusiasmado por presentar su trabajo “N6-methyladenosine (m6A) epitranscriptomic changes induced by chronic stress and biological sex in neuropile stratum of CA1 region in rat hippocampus” en el congreso “The Epitranscriptome”, organizado por el European Molecular Biology Laboratory (EMBL), organización intergubernamental dedicada a la investigación en Biología Molecular. Este evento tendrá lugar entre el 28 y el 30 de octubre en Heidelberg, Alemania.
“Tengo excelentes expectativas respecto a este evento en el cual, se reunirán expertos del estudio en las modificaciones del RNA en diversos contextos fisiológicos y patológicos. Este es un campo novedoso y en rápida expansión gracias al desarrollo de tecnologías, como la secuenciación de RNA directo desarrollada por Oxford Nanopore Technologies. Técnica que ha sido central en el desarrollo de mi tesis doctoral y que ha involucrado aplicar mis conocimientos de Neurociencia, Biología Molecular, Bioquímica y Bioinformática”, manifiesta.
“Con una perspectiva integrativa buscamos comprender, como las modificaciones en el RNA pueden afectar la función neuronal en el contexto del estrés crónico, específicamente en el hipocampo, una región del cerebro altamente plástica e importante para el proceso de formación de memorias y la ubicación en el espacio. Cuyas funciones se ven afectadas por el estrés crónico y en patologías neuropsiquiátricas, como la depresión mayor. Esta instancia representa una oportunidad invaluable para compartir resultados, recibir retroalimentación de expertos mundiales y establecer redes de colaboración que potenciarán mi futura carrera como investigador postdoctoral”, agrega.
Presente
Actualmente este joven oriundo de Puente Alto se encuentra fuera de Chile, ya que está realizando una pasantía de 3 meses, desde el 6 de mayo al 6 de agosto en el laboratorio de Neurobiología Redox dirigido por el Dr. Danilo Bilches en el Instituto de Química de la Universidad de Sao Paulo (Brasil), tras haber ganado una beca financiada por el programa “Move La America” de CAPES.
“La Universidad de Sao Paulo es de las más prestigiosas en Latinoamérica y cuentan con un excelente equipamiento y académicos de alto nivel, con el objetivo de completar uno de los objetivos propuestos en el trabajo de tesis, evaluar como la modificación de los transcritos (mRNA) va a afectar la producción de proteínas y la función de las neuronas que conforman el hipocampo en el contexto del estrés. Este abordaje permitirá tener una visión integrativa transcriptómica, epitranscriptómica y proteómica del sistema en estudio”, explica.
“Está siendo una muy buena experiencia, ha habido un buen intercambio de conocimiento y se han establecido relaciones que probablemente con el tiempo serán mucho más sólidas entre Chile y Brasil. Ellos cuentan con modelos animales que permiten estudiar el hipocampo en el contexto del miedo innato y aprendido, como modelos de trastornos de estrés postraumático y la comprensión de los circuitos neuronales involucrados. He ayudado con el análisis de los datos en sus experimentos de secuenciación, las discusiones han sido profundamente enriquecedoras, generando ideas y hallazgos que solo emergen del trabajo colaborativo genuino”, puntualiza.