Para quienes están pensando en continuar sus estudios, el director de la Escuela de Postgrado, Prof. Alejandro Álvarez, señala que cursar un postgrado no solo permite crecer académicamente, sino también fortalecer la proyección profesional, abriendo nuevas oportunidades laborales. Sin embargo, reconoce que uno de los principales frenos para postular suele ser el aspecto económico. “En nuestra Facultad, quizás como en ninguna otra, nos hemos preocupado de ofrecer mecanismos que faciliten el acceso y la mantención en los programas, desde rebajas de aranceles que pueden llegar a la exención total, hasta becas específicas para doctorados que cubren arancel y entregan un aporte mensual al estudiante. Lo interesante es que las causales de rebajas son aditivas porque pueden postular por mérito académico, por pertenecer a un pueblo originario u otras condiciones, y esto va sumando”, explica.
Además, destaca el sistema de articulación de magíster con pregrado para estudiantes que cursan su octavo semestre, permitiéndoles iniciar el magíster con una rebaja del 70% en el arancel, homologar asignaturas y obtener un título profesional y un grado de magíster en un mismo trayecto. “Con un poco más de esfuerzo, obtienen dos grados en vez de uno”, puntualiza.
Respecto al vínculo con egresados, el director destaca el sentido de pertenencia que genera la Facultad, tanto en pregrado como en postgrado: “Cuando los contactamos para actividades, siempre hay buena disposición, porque guardan un cariño hacia su institución, independiente del nivel que hayan cursado”, señala.
Finalmente, el director de la Escuela de Postgrado, confirma que se encuentran trabajando en dos nuevos magísteres que esperan lanzar a mediano plazo, los que proyectan alta convocatoria por las temáticas que abordarán, siempre en línea con las áreas de química, farmacia, bioquímica y alimentos que cultiva la Facultad. “Ha pasado bastante tiempo desde que se creó el último magíster, por lo que esta será una buena noticia para nuestra comunidad”, adelanta.
Con un equipo pequeño pero comprometido, que acompaña de cerca a cada estudiante en trámites, consultas académicas o evaluaciones socioeconómicas, por ejemplo, la Escuela de Postgrado sigue consolidándose como un espacio que cuida a su comunidad, fomentando que más profesionales se atrevan a avanzar hacia nuevos desafíos en su formación.