¿Insectos en el plato? Desafíos y oportunidades para su consumo en Chile

¿Insectos en el plato?

En un contexto de crisis climática, presión sobre los sistemas productivos y necesidad urgente de diversificar las fuentes de proteína, los insectos comestibles se perfilan como una alternativa innovadora, eficiente y ambientalmente sostenible. Su alta eficacia en la conversión alimenticia, bajas emisiones de gases de efecto invernadero y ciclos de vida cortos los convierten en una opción prometedora para enfrentar los desafíos alimentarios del futuro. Sin embargo, en Chile su incorporación a la dieta aún es incipiente y enfrenta importantes barreras culturales, regulatorias y tecnológicas.

En esta entrevista, el Prof. Puente analiza el potencial de los insectos en la alimentación humana, los avances científicos en el país y los retos para su integración efectiva en el sistema alimentario nacional.

¿Está Chile listo para comer insectos?

1. En Asia, los insectos forman parte de la dieta desde hace siglos. Desde la mirada científica, ¿qué desafíos implica adaptar este tipo de alimentos a la realidad chilena?

Desde la mirada científica, los principales desafíos para adaptar el consumo de insectos en Chile son de tipo sociocultural, tecnológico, regulatorio y comunicacional. Específicamente, se requiere superar barreras relacionadas con la percepción negativa del consumidor, establecer normativas sanitarias que garanticen la inocuidad y calidad de los productos derivados de insectos, y desarrollar tecnologías de procesamiento adaptadas al contexto chileno.

El artículo que publicamos en 2024 en la Revista Chilena de Nutrición “What is being researched on edible insects? A bibliometric analysis of publications 1990-2022” destaca que la percepción sensorial y la aceptación del consumidor son líneas relevantes de investigación, lo cual evidencia la necesidad de generar estudios locales que aborden estas temáticas en profundidad. Uno de los asuntos importantes de resolver es cómo superar las sensaciones de neofobias que se dan en materias primas desconocidas o exóticas como los insectos comestibles.

2. ¿Qué especies de insectos presentan mayor potencial para ser cultivadas y procesadas en Chile con fines alimentarios?

Si bien, hay más de 2.000 especies de insectos comestibles, a nivel global se trabaja frecuentemente con Tenebrio molitor (gusano de la harina), Acheta domesticus (grillo doméstico) y Hermetia illucens (mosca soldado negra). Estas especies presentan ventajas como alta conversión alimenticia, buena calidad nutricional y antecedentes de escalamiento industrial, lo que sugiere su potencial de adaptación al contexto productivo chileno.

En particular, la mosca soldado negra (Hermetia illucens) se está produciendo en Chile, pero actualmente su procesamiento está destinado exclusivamente a la alimentación animal, principalmente en forma de harinas proteicas para peces, aves y mascotas. Esto demuestra que existe capacidad instalada y experiencia local en el manejo de esta especie, lo cual podría facilitar su eventual transición hacia usos alimentarios humanos, siempre que se establezcan los marcos regulatorios y sanitarios correspondientes.

No obstante, es indispensable evaluar el desempeño de estas especies en condiciones locales, considerando variables como el clima, la disponibilidad de sustratos, las regulaciones vigentes y la viabilidad económica.

3. ¿Qué técnicas de procesamiento permiten transformar insectos en productos más aceptables para el consumidor chileno, como harinas o suplementos proteicos?

Las principales técnicas descritas en la literatura internacional incluyen el secado por aire caliente, la liofilización, la molienda y la extracción de proteínas. Estas permiten la obtención de harinas, concentrados o aislados proteicos que pueden incorporarse en alimentos familiares como panes, galletas, pastas o barras energéticas. Estas presentaciones permiten disminuir el rechazo visual por parte del consumidor, aumentando su aceptabilidad. El desarrollo de ingredientes funcionales a base de insectos es una línea emergente de alto interés, tanto desde el punto de vista tecnológico como nutricional.

4. ¿Qué parámetros de inocuidad y calidad deberían asegurarse para que los insectos sean aptos para el consumo humano en Chile?

Se deben asegurar estándares que incluyan: ausencia de patógenos microbiológicos como Salmonella spp., E. coli y Listeria monocytogenes; niveles aceptables de metales pesados (arsénico, cadmio, plomo, mercurio); control de alérgenos potenciales, especialmente aquellos relacionados con proteínas similares a crustáceos y validación de procesos efectivos y aseguramiento de condiciones higiénicas de producción.

En este contexto, resulta fundamental avanzar en el establecimiento de marcos regulatorios específicos que respalden el cultivo, procesamiento y elaboración de productos a base de insectos destinados al consumo humano. En el caso particular de Chile, la ausencia de antecedentes culturales sobre la entomofagia, sumada a una idiosincrasia alimentaria de carácter tradicional, ha generado un rezago evidente respecto a otros países. No obstante, es previsible que, en los próximos años, motivados por exigencias medioambientales y por la necesidad de contar con fuentes alternativas de proteína frente a las de origen animal, se impulse un trabajo más activo desde las instituciones regulatorias nacionales, tomando como referencia tanto la experiencia de países desarrollados como las directrices emanadas por la FAO en esta materia.

5. ¿Existen riesgos de alergias o contaminación cruzada que deban estudiarse antes de masificar su consumo?

Sí. El consumo de insectos puede inducir reacciones alérgicas, especialmente en personas con alergia a crustáceos, debido a la presencia de proteínas homólogas como la tropomiosina. Asimismo, existe riesgo de contaminación cruzada durante las etapas de procesamiento, almacenamiento y comercialización. Por esta razón, resulta necesario desarrollar estudios de alergenicidad específicos en la población chilena, implementar sistemas de trazabilidad a lo largo de la cadena productiva y asegurar un etiquetado claro y obligatorio que advierta sobre posibles riesgos para grupos sensibles. Es importante subrayar que la presencia de reacciones alérgicas no es un fenómeno exclusivo de las proteínas de insectos, sino una condición asociada a predisposiciones particulares en ciertos grupos de la población, como ocurre también con otros alimentos de consumo habitual.

6. ¿Qué diferencias nutricionales existen entre la proteína de insectos y las proteínas animales tradicionales?

La proteína de insectos suele presentar un perfil de aminoácidos esenciales equilibrado, con niveles comparables e incluso superiores en algunos casos a los de la carne bovina, el pollo o el pescado. También se destaca por su alta digestibilidad y por ser fuente de hierro, zinc, calcio, ácidos grasos poliinsaturados y vitaminas del complejo B.

Sin embargo, la composición nutricional varía según la especie, su alimentación y el método de procesamiento, lo que requiere estandarizar estos factores en futuros desarrollos.

7. ¿Podrían los insectos convertirse en una alternativa real para complementar la dieta chilena, considerando deficiencias comunes en nutrientes?

Sí, los insectos podrían complementar la dieta chilena, especialmente en poblaciones vulnerables con deficiencias en hierro, zinc, calcio, vitamina B12 y proteínas de alta calidad. Además, su alta densidad nutricional y bajo impacto ambiental convierten a los insectos en una opción estratégica frente a los desafíos de sostenibilidad y seguridad alimentaria a nivel global. De hecho, su eficiencia en la conversión de recursos y la facilidad de producción en sistemas controlados han llevado a que agencias espaciales los consideren como un alimento potencial para los viajes espaciales, donde se requieren fuentes compactas, nutritivas y sostenibles.

Reflexiones finales

Desde 2019, el grupo de investigación liderado por el profesor Luis Puente ha desarrollado estudios pioneros sobre la viabilidad técnica, económica y social del consumo de insectos en Chile. Entre sus aportes destacan tesis de pre y posgrado, como las de Dennis López Andrades y Nicolás Tobalina Cortés, así como la publicación del artículo bibliométrico “What is being researched on edible insects?” en la Revista Chilena de Nutrición (2024), que ofrece una mirada global al estado del arte en esta materia. Estas contribuciones posicionan a su equipo como un referente nacional en un campo emergente que podría transformar profundamente nuestra manera de alimentarnos. No obstante, para que los insectos puedan consolidarse como una alternativa real y complementaria a las proteínas tradicionales, será fundamental avanzar en su aceptabilidad cultural y en la educación del consumidor chileno.

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